Una vez que los niños se sienten cómodos y seguros en este espacio e incorporan la dinámica del manejo en grupo, comenzamos gradualmente a introducir propuestas más dirigidas. De este modo buscamos que los niños adquieran la capacidad de prolongar sus períodos de atención y logren comprender consignas individuales y grupales claras y sencillas.
Esto les permitirá disfrutar al permanecer sentaditos escuchando un cuento, al pintar o durante la merienda compartida. Logran participar y disfrutan, de juegos reglados de movimientos y/o imitación, siguiendo diferentes canciones acompañándolas con mímica, por ejemplo.
Comienzan a preocuparse por el respeto de las reglas de los juegos y buscan dar lo mejor de sí para intentar ganar
En la medida en que van creciendo y muestran mayor capacidad para escuchar, comprender y respetar las consignas de distintos juegos y actividades las propuestas dirigidas se hacen más complejas y llegan a implicar mayor abstracción.
Comienzan a preocuparse por el respeto de las reglas de los juegos y buscan dar lo mejor de sí para intentar ganar, preocupándose por que todos los participantes respeten las reglas.
Así disfrutan tanto de trabajos de aprestamiento como de juegos como el “¿lobo estás?”, las “sillitas bailarinas” o de carreras con distintos desplazamientos.
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